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Personalidades que marcaron la historia de Talca

“…Están los franciscanos y también los jesuitas y entre estos últimos el joven modesto y estudioso Juan Ignacio Molina, nacido al sur del Maule y luego alumno, novicio y profesor en Talca de la escuela mantenida por su orden desde 1749. Molina es un monumento a la investigación científica, el más grande de la Capitanía General en sus dos y medio siglos de existencia, de importancia internacional, visitado en Bolonia, Italia por los más grandes naturalistas del momento. No sólo divulga a Chile en sus valiosos libros -y quizás Chile cobró vida para los europeos desde que Ercilla y Molina lo dieron a conocer-sino que anima con sus éxitos a quienes lo habían conocido aquí y luego leerían con orgullo sus libros. El Abate Molina era maulino de tomo y lomo y a nadie extrañó que un paisano suyo, Nicolás de la Cruz Bahamonde, de la importante familia iniciada en Talca por el italiano Croce, lo buscara en Europa. Se dice: "peor que la muerte es el olvido", por eso no vacilo en expresar unas líneas del informe enviado a España el 14 de junio de 1794, por el gobernador Ambrosio O' Higgins con el objeto de conseguir el título de ciudad para la villa. "Talca, de gente noble y acomodada; que se hizo en breve por sí misma de lucimiento e importancia (...) (con) casa de igual magnificencia a la Capital. El Cabildo lo componen personas decentes y su vecindario vive con comodidad y abundancia (...) Talca es un pueblo ilustre de antemano por ser patria del Abate Juan Ignacio Molina".

 

Nicolás de la Cruz, 17 años menor que el Abate, tenía sólo diez años cuando fueron expulsados los jesuitas. Seguramente su corazón de niño sufrió con la inconsulta medida, como gran parte de los chilenos. Curioso este don Nicolás, producto talquino, mezcla de las inquietudes de un padre nacido en Génova, educado en una destacada familia a la que luego se le agregó un portugués, Juan Albano Pereira, al casar con su hermana Bartolina. A este círculo de inquietos europeos y ambiciosos criollos venía de vez en cuando un irlandés, un tiempo Intendente en Concepción y luego Gobernador de Chile y Virrey del Perú: Ambrosio O' Higgins, más conocido como el "camarón O' Higgins". En este ambiente, no podía el joven Nicolás, sino ver nacer inquietudes culturales que luego desarrollará ampliamente en España, en Cádiz, donde vivirá hasta su muerte. Curiosa personalidad la de este producto de los últimos años coloniales, mezcla de comerciante y de escritor, de coleccionista de pintura y de turista por América y Europa, de benefactor del Abate Molina y de tutor del joven O' Higgins Riquelme…”

 

Así es como el viaje de don Juan Ignacio y don Nicolás de la Cruz sólo desembocó en el desarrollo del pueblo Talquino como ente cultural, ya que fueron de los primeros en denotar la presencia de nuestra ciudad al mundo, y específicamente a Europa, en una cruzada que más tarde atraería miradas y presencias notorias para el enriquecimiento de nuestra ciudad, la que, a los días de hoy, sigue creciendo culturalmente, con un legado enriquecedor gracias al trabajo de tan notables extranjeros. Éste es un fragmento de la clase de don Oscar Pinochet de la Barra, talquino ilustre que nos demuestra la importancia de tan suntuosos personajes a nuestra historia.

Ignazio Molina. 

 

Pinochet O. (1994). Transcripción de Discurso algunas reflexiones sobre Talca y la cultura. Revista Universum.

Recuperado de 

http://universum.utalca.cl/contenido/index.../Oscar_Pinochet_de_la_Barra.pdf

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